Si te gusta viajar y descubrir sitios únicos seguramente se te haya pasado por la cabeza el poder disfrutar de una piscina natural. España es un país con bastantes disponibles, que además de suponer un plus respecto a una piscina construida de obra (puedes ver ejemplos aquí), nos permite viajar y conocer rincones diferentes a los que estamos acostumbrados.
En este breve post vamos a tratar de descubrirte unos cuantos lugares poco conocidos que cuentan con espectaculares piscinas naturales dignas de visitar. ¿Te vienes?
El Charco Azul
Esta es una de nuestras favoritas, se encuentra en la isla canaria de El Hierro y es considerada como una de las más bellas. Tienes unas aguas cristalinas de color turquesa que ya de por sí destacan. Pero el hecho de que estén enclavadas en un entorno volcánico las hace más especiales aún.
Fuentes del Algar
Se encuentra en Callosa de Sarria, cerquita de Benidorm. Es cierto que no se puede decir que sean precisamente solitarias, a pesar de encontrarse en una zona protegida. A su alrededor abundan las cascadas con aguas totalmente cristalinas. Mejor visitarlas entre semana o en épocas de poco turismo.
Garganta de los Infiernos
Otra de las que más nos gustan, se encuentran en el extremeño valle del Jerte (famoso por sus cerezos en flor). Tiene hasta trece piscinas naturales (aunque los lugareños los llaman pilones) con bellísimos saltos de agua a lo largo del discurrir del río por un suelo granítico.
El Calentón
Tenerife es rico en piscinas naturales, y estas se encuentran en San MIguel de Garachico. Se encuentran sobre un lecho de lava expulsada en el siglo XVIII. Por cierto, no cobran entrada por acceder a ellas, lo que es un plus.
Gulpiyuri
¡No todas van a estar en el Sur! Seguramente sean las piscinas naturales más conocidas de todo el norte de la península. Se trata de una piscina de agua salada sobre agua caliza de gran tamaño. Ojo con las mareas que evidentemente pueden hacer imposible el baño. En su entorno podremos disfrutar de bellísimas cuevas naturales.
Arenas de San Pedro
Ubicadas en plena Sierra de Gredos, presenta dos de las mejores piscinas de interior que podremos encontrar. Una de ellas tiene cierta profundidad, por lo que se recomienda especial cuidado con los más pequeños o con personas que no dominen la natación. El agua es sumamente fría por lo que el baño continuado no es sencillo. Su cercanía a Madrid las hace estar masificadas. Dignas de visitar a muy poca distancia encontrarás los saltos de agua del río Arenal, que puede cerrar una estupenda excursión de día por ejemplo.
Como ves hay bastantes opciones de piscinas naturales a lo largo de la península. Ya sólo depende de los kilómetros que estés dispuesto a hacer para disfrutarlas. Y de gustos personales, claro, ya que existen algunas de agua salada y otras de agua dulce, eso conviene recordarlo.
Te recomendamos informarte de si son accesibles, ya que algunas de ellas requieren de una caminata previa de cierta entidad. También recuerda que muchas de ellas carecen de socorrista, por lo que la prudencia es vital para su disfrute completo.