Una vez comprado el embutido, es importante seguir algunos consejos para que la conservación de los embutidos sea perfecta y te duren en perfectas condiciones más tiempo. Es una lástima, que por no tomar determinadas medidas, se pierda calidad o bien sabor de un producto que de ser bien tratado tiene una vida larga.
Tanto en el caso de productos curados como cocidos necesitan de una conservación concreta, que en muchos casos necesita simplemente ser guardados en lugares que sean frescos. Pero vamos a concretar un poco más con una serie de consejos.
Embutidos curados
En el caso de estos embutidos, como son el jamón serrano o bien el chorizo, lo ideal es tenerlos fuera del frigorífico, en un lugar que sea seco, pero frío y que la temperatura sea constante, con una ventilación buena y a ser posible que sea un lugar con poca luz, evitando la que la luz solar incide directamente sobre estos. De esta forma estaría igual que en los secaderos de las fábricas. También se aconseja que se cuelguen boca abajo y bien separados de otros embutidos que necesiten este tratamiento. Eso sí, tampoco se puede tener así mucho tiempo, porque de esta forma se pueden llegar a endurecer.
En el caso de que el embutido se haya empezado ya, el corte siempre se debe de poner hacia el suelo y bien tapado para que no entre en contacto con el aire. Una buena opción es untarlo con aceite de oliva para que no se ponga rancio este producto u taparlo con un poco de film. En el caso de que vivamos en algún lugar con temperaturas altas, sí que igual es necesario meterlo en la nevera, para conseguir que luego vuelvan a estar blandos, se puede colocar sobre ellos un paño de algodón mojado en agua, siempre bien escurrido. Para que tanto la tripa como la carne se ablande.
Productos Cocidos
En el caso de productos como el jamón o el lacón, se puede mantener menos tiempo en óptimas condiciones debido a su humedad. En este caso lo ideal es mantenerlos por debajo de los 7 grados, en una fiambrera o en algún envase que sea hermético. Si en los días inmediatos a su compra no lo vas a consumir, también es una buena idea pedir que te los envasen al vacío. Si el embutido está loncheado es importante que lo tengas colocado una loncha sobre otra para y cerrarlo con film para poderlo guardar en el frigorífico. Lo ideal es colocar el embutido en estanterías que la temperatura oscile entre los 4 y los 8 grados. Una vez queramos consumirlo, lo mejor es sacarlo un rato antes de que se atempere, una vez coja temperatura lo ideal es abrirlo y dejar que se oxigene un poco. Este tipo de embutidos sí que suelen permitir una congelación óptima si están bien envasados.
Como se puede ver, la conservación de los embutidos es importante, pero no por ello son procesos complicados. Sin embargo, sin tomar estas pequeñas medidas, los embutidos se pueden estropear y perder sobre todo ese sabor tan especial que tienen.