El actual modelo del sistema de ahorro para el retiro administrado por las afores, fue diseñado para contener el deterioro de las arcas en los institutos de seguridad social del país, al darse cuenta que el modelo de “Beneficio Definido” es un sistema de retiro insostenible a largo plazo.
En México, las contribuciones obligatorias a las afores es de 6.5 por ciento, con lo que se espera obtener una tasa de reemplazo de 30 por ciento, es decir, como parte de su pensión, los trabajadores únicamente aspiran a obtener $30 por cada $100 de su último salario, de acuerdo con datos estimados por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados.
Lo anterior representa menos de la mitad de lo que recomienda la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) del 70 por ciento, para que los trabajadores puedan tener una buena calidad de vida en el retiro.
El problema para poder llegar a esta cifra se centra en los bajos niveles de las pensiones debido a la falta de ahorro de los trabajadores para fondear su jubilación. Por ello, el presidente de la Asociación Mexicana de AFORES (Amafore), Bernardo González Rosas, propuso una reforma que eleve las contribuciones obligatorias a las afores hasta el 15 por ciento, además de revisar la edad de retiro de los trabajadores conforme al incremento en la esperanza de vida. Este incremento en la tasa de aportación es la única opción para elevar la actual tasa de reemplazo del 30 por ciento al 70 por ciento.
Esa tasa de reemplazo se debe a que las afores son un plan contributivo que requiere un ahorro adicional, de no hacerse, el monto no alcanza para una jubilación digna. En opinión de especialistas, la precariedad laboral ha sido uno de los factores que influyen para que las personas vayan a tener una pensión tan reducida.
De acuerdo con cifras de INEGI, al primer trimestre del 2020, la tasa de informalidad en la población económicamente activa en México es de 56.1 por ciento con respecto a la población ocupada, es decir, personas que no tienen acceso a seguridad social y tampoco un margen de ahorro que les permita dar aportaciones voluntarias a su afore.
Otro punto importante son los bajos salarios que hay en México para el grueso de los trabajadores, pues, aunque no hagan retiros parciales, simplemente no podrán gozar de una pensión o no les alcanzará para tener un salario mínimo y, por ello, el gobierno deberá poner el faltante para que tengan una pensión mínima garantizada.
Por otra parte, en la actualidad existe otro factor que afecta el desarrollo de este sistema de pensiones, pues debido al paro de actividades y a la crisis económica derivada por el confinamiento a causa de la pandemia por Coronavirus, el segundo trimestre de 2020 tuvo graves efectos en el mercado laboral con el cierre de empresas y el despido de trabajadores. Situación que orilló a éstos a acudir a una parte de los ahorros que guardan en su afore y marcó un monto sin precedentes para un inicio de año.
Si bien, México no cuenta con un seguro de desempleo para paliar la crisis económica que se vive a nivel mundial, las personas que fueron despedidas de su trabajo formal, tienen la posibilidad de solicitar este beneficio de su afore.
La Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) permite a los trabajadores retirar el 11.5 por ciento del saldo de su ahorro en afores o tres veces el salario base de cotización, que corresponde a un retiro por trabajador de alrededor de 10 mil pesos. Sin embargo, la ley recomienda retirar una cantidad menor para no afectar el monto proyectado de su pensión.
El trabajador deberá tomar en cuenta que al hacer uso de los recursos parciales de su afore, implica una pérdida de las semanas cotizadas que el trabajador tiene ante el IMSS (1,250 semanas), así como en la cantidad de dinero que podría tener disponible para su retiro.
Educación Financiera
Para que todo trabajador que gane más de un salario mínimo pueda contratar una pensión digna y vitalicia, el sistema debe buscar un aumento constante en las aportaciones que las empresas, el gobierno y el trabajador realicen en forma tripartita, combinado con un aumento en el mercado financiero de instrumentos a corto, mediano y largo plazo.
Para ello, los principales emisores deben ser la iniciativa privada, bancos y financieras que den confiabilidad a los ahorros del retiro y produzcan una adecuada rentabilidad, la cual sólo se logrará si se permite a las Siefores (fondos de inversión) destinar sus recursos en proyectos productivos de bajo riesgo que signifiquen un aumento en la generación de empleos permanentes y permita a las empresas obtener mayores utilidades dándoles capacidad económica para incrementar los salarios de sus trabajadores. Aunque también está la opción de prestamos en línea para solventar cualquier inconveniente o percance económico.
Ante este panorama, no hay una verdadera estrategia de educación financiera, de acuerdo con expertos en finanzas, las afores deben estar obligadas a destinar un porcentaje de sus recursos a esta actividad.
Esos recursos deberían ser auditados por la autoridad para constatar que se aplicarán en verdad. Además, una campaña de educación financiera debería ser eso, una auténtica campaña ligada al ahorro y esto hará que los trabajadores puedan ahorrar para su retiro y no verse en problemas económicos una vez dejando de laborar.