Dormir bien: un buen complemento para tu alimentación

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Seguro que tu dieta, en más de una ocasión, te ha quitado el sueño y no has podido descansar a pierna suelta…Pues en este artículo vamos a hablar precisamente de eso, de cómo el sueño o el mal sueño puede afectar directamente a tu metabolismo y provocar que tu alimentación no sea tan efectiva como debiera. Dormir bien puede ser un gran complemento para tu alimentación. Veamos qué relación tienen el sueño y la alimentación:

El insomnio hace que aumentes de peso.

La clave no está únicamente en que si estás despierto tienes más tiempo para hacer viajes a la nevera, sino que también intervienen factores hormonales. Si no duermes bien las hormonas que controlan la saciedad cuando comemos se alteran y provocarán que tengas más apetito. Duerme bien para mantener a raya y bien en forma estas
hormonas. Esos viajes a medianoche al frigorífico pasarán a la historia, porque estarás sumid@ en un profundo y placentero sueño. Sólo soñarás con despertarte y comer un desayuno rico, saludable y equilibrado para comenzar el día con toda la energía que necesitas. Ni más ni menos.

No dormir aumenta el riesgo de diabetes, infartos
o enfermedades cardiovasculares.

Cuando no duermes bien la glucosa se procesa más despacio y eso provoca que disminuya la sensibilidad a la insulina. Por otra parte, muchos estudios demuestran que dormir poco está asociado a un aumento de enfermedades cardiovasculares. Existen muchas consultas nutricionistas y dietistas que mediante la nutrición clínica pueden ayudarte a alimentarte mejor si padeces una enfermedad cardiovascular. Ello es gracias, entre otros métodos, al uso de test nutrigenéticos que permiten conocer qué alimentos son los que más benefician a cada paciente en función de sus genes. Una técnica innovadora de gran potencial para tratar y prevenir enfermedades.

Dormir mal hace que pierdas la memoria y la
concentración.

Seguro que lo has notado en cientos de ocasiones a lo largo de tu vida. Cuando te despiertas después de haber dormido mal no te encuentras en plenas facultades físicas. Estás cansado/a y eso hace que tu atención disminuya. Durante todo el día el cuerpo te pide echar una cabezadita en cualquier lugar. En los momentos posteriores a una siesta, cuando ésta ha sido más larga de lo normal, seguro que también te has levantado con dolor de cabeza o de mal humor, pagándolo con la primera persona con la que te has encontrado. ¿Lo mejor? Echar siestas cortas para no entrar en esa fase del sueño profundo, de la que luego cuesta mucho salir. Tu memoria y la concentración estarán al 100% de su rendimiento.

Con falta de sueño, te recuperarás más tarde.

Es una de las máximas de las personas que practican deporte de forma habitual. El descanso debe formar parte de cualquier plan de entrenamiento, bien para que descansen los músculos y también para el descanso del organismo
en general. Si haces mucho deporte y te encuentras más cansado/a de lo habitual, para un poco y duerme un poco más. Seguro que tu cuerpo lo nota y tus marcas deportivas también. Otro de las recomendaciones que hacen los expertos en la materia es no hacer deporte a última hora de la tarde o poco tiempo antes de acostarte. Cuando haces ejercicio el cuerpo se activa y después cuesta mucho conciliar el sueño. Algo que acabarás pagando al día siguiente durmiendo mal. Planifica el día para hace deporte a la hora adecuada y para dormir bien. Es una teoría que también es válida para quienes no hagan deporte. Si no descansas bien, tampoco rendirás con energía en el trabajo, en las tareas de la casa, con el cuidado de tus hijos, en tus relaciones sociales, en pareja…

Tendrás más posibilidades de padecer estrés,
ansiedad o depresión.

¿A quién no le pone de mal humor dormir mal? Si te despiertas de una forma no habitual para ti, con un ruido de la calle, con un despertador mal programado, los ruidos del vecino, o los golpes en las piernas de tu pareja…seguro
que ese día te levantas con el pie izquierdo y el día no irá tan bien como esperabas.  Somos seres a los que les
gusta tener una vida estable y sin contratiempos.

Salir de tu rutina de descanso te generará estrés y en el peor de los casos esa situación puede derivar en un estado de ansiedad. Como última situación, si tu estado persiste, puedes entrar en un estado depresivo que deberá ser tratado
por especialistas de la psicología.

Existen muchos casos de personas que cuando padecen este tipo de trastornos tienden a comer más, o a comer menos. Modificando de esta manera poco recomendable sus costumbre alimenticias

Puede provocar inflamación

La falta de sueño tiene una incidencia directa con la inflamación del organismo, que puede provocar problemas en la zona digestiva. Algunos estudios han detectado que las personas que trabajan en horarios nocturnos son más
propensas a sufrir este tipo de problemas.

Tus defensas disminuyen

La falta de sueño afecta de forma muy negativa al sistema inmunológico. Al dormir menos, el cuerpo humano genera un menor número de células, por lo que estaremos protegidos ante cualquier virus, como por ejemplo el de la gripe. Las personas que duermen poco suelen tener un mayor número de resfriados que las personas con un número adecuado de horas de sueño.

A dormir…

Ya has comprobado que dormir es muy importante para llevar una vida saludable. Puede ser el mejor complemento para la dieta que estés llevando en estos momentos. Para bajar de peso. Para alimentarte mejor si estás en una determinada época de tu vida. Si padeces una enfermedad y necesitas llevar una alimentación muy concreta.  No hay dos personas iguales y cada una tiene una problemática diferente que debe tratarse de forma individual.

Si necesitas ayuda puedes contactar con un nutricionista de tu ciudad para que trate tu problema de forma personalizada. Los nutricionistas son los profesionales mejor preparados para tratar todo tipo de problemas derivados de la alimentación. Obesidad, sobrepeso, psiconutrición, alimentación por etapas… Confía en su profesionalidad.

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