Retrato de Shunkin de Junichiro Tanizaki

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Esta semana se ha celebrado San Valentín. Las comedias románticas han copado las parrillas de televisión inundando los hogares de historias de amor ñoñas, sosas y predicibles. Se necesita un remedio rápido. Y aún con riesgo de irnos al otro extremo hoy vamos a hablar de una novela que se adentra en el lado más oscuro de las relaciones amorosas: El retrato de Shunkin. Su autor es el escritor japonés Junichirō Tanizaki.

Tanizaki (1986-1965) está considerado junto con Mishima uno de los grandes escritores japoneses del siglo XX. Nació en una familia acomodada de comerciantes que sin embargo perdió su fortuna de forma repentina. Tras abandonar su educación por falta de apoyos económicos, el joven Tanizaki empieza a escribir y alcanza pronto el reconcomiento en el mundillo literario de la época gracias al relato Shisei donde un hombre imprime un tatuaje con forma de araña a una mujer que alcanzará de esa forma un poder oscuro. Esta primera femme-fatale será una constante en su obra. Tanzaki se casa pero no tiene un matrimonio feliz y es el propio escritor el que incita a su mujer a que mantenga una relación amorosa con un amigo suyo. Tras una época en la que solo le interesa el mundo occidental Tanizaki se muda a Kyoto y allí, gracias a la arquitectura clásica de los edificios, experimenta un redescubrimiento de la cultura clásica japonesa. Tras la Segunda Guerra MundialTanizaki alcanza el reconcimiento oficial obteniendo una multitud de galardones y se le considera hasta su muerte como el gran autor japonés contemporáneo.

«Hay quien ha sugerido que tuviera inclinaciones sádicas, y que la enseñanza fuera sólo un pretexto para gozar de un placer sexual perverso.»

El retrato de Shunkin es una novela corta narrada en forma de enayo mediante el cual el autor explora la vida de dos virtuosos del instrumento japonés shamisen, Shunkin y Sasuke, y la relación que mantuvieron entre ellos. El libro arranca con la visita del narrador al cementerio donde llacen los restos de Shunkin. En un principio busca su tumba enel área correspondiente a su familia. Sin embargo pronto descubre que su tumba se encuentra en otro lugar acompañada tan solo por una tumba más pequeña: la del propio Sasuke. El narrador nos aclara en seguida que nunca se casaron pero que mantuvieron una relación muy especial.

El marco en el que se desarrolla la obra se centra en aspectos tradicionales de la cultura japonesa, que se desarrolla en pleno siglo XIX. Uno de estos elementos es la diferencia de las clases sociales (Shunkin proviene de una familia de la alta burguesía mientras que Sasuke es un sirviente de la casa familiar) que separa a los protagonistas de la historia. Las convenciones sociales impiden, en un primer momento, que la relación se pueda materializarse. Sin embargo la familia de Shunkin con el tiempo experimentará un cierto declive económico, que sumado a su ceguera hace que ciertamente la proposición de matrimonio pudiera ser bien vista por ambos lados. Pero es la propia Shunkin la que aborta cada sugerencia de matrimonio al considerar a Sasuke indigno para ella. Él mismo nunca osaría ofenderla sugiriéndole la posibilidad de casarse. Paradójicamente, al vivir juntos (durmiendo en habitaciones separadas) aumentan el escándalo que hubiera causado el matrimonio entre dos miembros de diferentes estratos.

Pero el rechazo de Shunkin no se debe a motivos sociales. Los personajes femeninos de Tanizaki suelen encarnar mucho carácter y un lado oscuro en sus relaciones personales. No cabe duda de que tanto Shunkin como Sasuke se aman y mantienen relaciones íntimas. Sin embargo públicamente Shunkin siempre desprecia e incluso maltrata al pobre Sasuke, que acepta sus castigo físicos y psicológicos con paciencia e incluso con honor. El sadomasoquismo está presente de una forma patente a lo largo de toda la novela.

Hay otros aspectos de la cultura tradicional japonesa que sirven de contexto a la historia de amor entre ambos personajes. El más destacado es la música japonesa y el instrumento Shamisen. Shunkin se queda ciega con poco años por lo que tiene que cambiar su aspiración de convertirse en bailarina por la de intérprete del instrumento de cuerda. Sasuke, por sentirse más cerca de Shunkin, decide aprender a tocar el Shamisen y tras ahorrar mucho tiempo para comprarse un instrumento empieza a tocarlo a escondidas de forma autodidacta. Cuando Shunkin descubre las aptitudes musicales de Sasuke decidirá hacerse cargo de su formación estableciendo de nuevo otra relación de autoridad, en este caso de profesor-alumno, que contribuirá a incrementar la asimetría existente entre ambos.

Aunque temáticamente la novela se centra en asuntos tradicionales la forma de narrarlos es totalmente novedosa. El libro tiene la forma de un ensayo crítico, una especie de monografía donde el autor intenta analizar la complejidad de ambos personajes con el intento de esclarecer la verdad. La fuente principal de la que se vale el narrador para recabar datos es un libro llamado La vida de Mozuya Shunkin, biografía que según el narrador fue encargada y documentada por el propio Sasuke. Lo más interesante es como el narrador no toma este texto como referencia de la verdad sino como testimonio del amor que consumía a Sasuke, ya que todo el rato intenta desmontar los argumentos más peregrinos del texto.

Retrato de Shunkin es una novela corta muy intensa, llena de sentimientos encontrados, perversos y oscuros que irónicamente están descritos de la forma más fría y racional posible. Un cuadro clínico de una relación de amor peculiar con una cultura milenaria de fondo. Debido a su extensión el libro se lee muy rápido. Pero este provocará un impacto en el lector que, irremediablemente lellevará a poner sus manos tan pronto como pueda en alguna otra obra de Tanizaki. A continuación podéis ver un vídeo en el que dos intérpretes del Shamisen mantienen un “duelo” musical.

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